hola, presentamos a dos hermanas Filipinas teniendo sexo .

Video de una rubia porrista que es cogida por su hermano mientras un amigo de este los filma.

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Corto de la pelicula "Geminis" incesto entre hermanos


Drama donde hay incesto entre hermanos.

Presentamos la pasión que hay entre dos hermanos.

Esta historia me acaeció cuando tenía 20 años, y mis hermanas en esa época poseían, 18 años Elena, y 19 años Ruth. Siempre retozábamos juntos, nos llevábamos muy bien, estábamos acostumbrados a todo tipos de juegos, continuamente me estaban persiguiendo para pasar el tiempo, no me dejaban nunca solo, siempre estaban encima de mí, solo tenía como momentos de soledad las noches en mi cuarto, mi casa poseía un cuarto para cada uno y otro para mis padres en el otro extremo del pasillo, en esa época fue cuando empecé a descubrir la masturbación, y era mi disfrute por las noches.

Un día, estaba muy caliente, desesperado y con necesidad urgente de hacerme una buena paja, así que después de comer nos fuimos todos a dormir, cada uno en su habitación, cerré la puerta de la mía, y saqué una revista porno que tenía escondidas en mi ropero, apenas vi las fotos mi pene se endureció vertiginosamente, decidí forjármela más pausadamente que de costumbre, quería disfrutar de la masturbación ese día especialmente. Estaba boca arriba, las sábanas tapaban lo que hacía, era un disfrute, mi pene tenía lo que tanto necesitaba, estaba en el cielo.
Cuando de repente entró mi hermana la más pequeña, que aunque lo era, parecía la más avispada de las dos, sólo me dio tiempo a esconder como pude la revista detrás de la cama, pero ella se dio cuenta en seguida que le ocultaba algo, ella lo notaba, era muy lista, y supongo que sabía lo que estaba haciendo, porque yo había dejado pruebas, la revista medio ocultada, y mi polla que sobresalía de las sábanas. Me preguntó que era lo que hacía, y le dije que nada, que me dejara en paz y se fuera.
Tras esto, con su curiosidad típica, intentó ver que escondía, y se tiró encima, frotando su cuerpo por mi verga, era increíble, lo estaba haciendo queriendo, algo en su pícara mirada me decía que le gustaba, luchaba conmigo para intentar ganarme la revista, pero lo único que obtenía era excitarme más con sus refregones por mi pene. Al rato desistió, sentándose encima de mi verga, tenía su joven coño sobre él, de vez en cuando realizaba movimiento giratorios sobre él, y su mirada la clavó en mis ojos como diciéndome que buscaba algo.
Repentinamente me anunció que tenía sueño, tirándose para atrás, empleando de almohada mi pene, el cual estaba como nunca, apoyó su mejilla sobre mi ingle derecha, dejando su boca al lado del monumento que surgía de las sábanas, con su mano me acariciaba, sus ojitos no deponían de mirarlo, se acerca más, hasta que sin ningún recato lo tomó con la mano, alzó su cabeza y me dijo: - ¿Qué tienes aquí? - Pues, mi pene, le dije con gran complicidad - Y, ¿por qué es tan grande? - Es que estoy excitado - ¿Te gusta que lo tenga agarrado así?, decía mientras lo movía para los lados, apretándolo con fuerza - Me encanta, ¿te gustaría verlo?, le dije - Sí. A continuación de darme el sí, me destapé y permaneció al aire libre, ella puso cara de asombro y excitación, nunca olvidaré esos ojos de mi hermana.
Elena, no dudó en agarrarlo de nuevo, pero en este momento con las dos manos, lo meneaba de arriba abajo, como si conociera como hacerlo, y a la vez se reía. Le dije que si le gustaba, respondiéndome que parecía una salchicha colosal, preguntándome si gozaba al tenerlo ella cogida, y le dije que me gustaría más que se lo metiera en la boca, me contempló los ojos, miró el pene, y como si nada se lo introdujo en la boca, lo hacía muy bien para tener 18 años, descendía hasta la mitad, remontaba lentamente pasando la lengua por la punta, y de nuevo se lo metía en la boca, hasta llegar el momento en que sola se lo metió todo, centímetro a centímetro hasta el fondo de su boca, al mismo tiempo con su mano me agasajaba los testículos, yo gemía de placer, eso parecía calentarle su pequeña conchita, le tomé una de sus manos y se la llevé a la base del nabo, marcándole el movimiento que debía seguir, mientras ella seguía chupándolo.
En estos momentos, una mano acaricia los huevos, con la otra me pajeaba y con su boca hacía lo demás, sentía sus dientes subir y bajar, y cada vez que llegaba arriba la trabajaba con la lengua, trazando en la cabeza círculos con su apéndice rosa. Mi respiración suscitó un cambio de ritmo, esas sensaciones eran inequívocas, percibía que estaba a punto de terminar, me moría por hacerlo dentro de su boquita, además si estaba siendo su primer pene me pareció lo mejor que fuera completa la sesión, y le dije que se tragara lo que iba a surgir ahora de la polla, que por nada del mundo se lo quite de la boca, que se bebiese el rico líquido, ella movió la cabeza sin poder contestar, sentía que la leche se preparaba para salir, la sujeté de la cabeza, e inicié a acabarle en la boca, cerró un poco los ojos, pero nunca dejó de tragar toda mi leche, lo veía por los movimientos de su garganta, yo gruñía de placer, al rato se la sacó de su boca haciendo fuerza con sus labios para que no quedara nada dentro, le pasó su lengua por la cabeza, por los costados, se la embutió de nuevo hasta adentro y al sacarla me dijo que ya estaba, que no salía nada más, que había estado bueno y que le dijera lo que era esa cosa.
Entre gemidos, y tomándome unos segundos para responderle le dije que eso salía de algunos hombres y era bueno para las mujeres. Me miró con una sonrisa picarona e hizo como que se lo creía, se limpió la boca, se levantó y se fue. Yo me tapé de inmediato, y tomé conciencia de lo ocurrido, no lo podía creer, era la primera vez en mi vida, fue como un sueño.
Al día siguiente hicimos vida normal, hasta que llegó la cena, en la que siempre estábamos todos comiendo juntos, me senté a la mesa muy nervioso, ya que después de esto no me había cruzado con Elena. Pensé que iba a guardar el secreto, pero fue erróneo, por las miradas me di cuenta en seguida que se lo había dicho a Ruth, la hermana de 19 años, estuvieron lanzando indirectas toda la cena, diciendo cosas como que les hubiera gustado comer salchicha en la cena, a lo que mi madre les repetía una y otra vez, que mañana se las cocinaría, pero que no molestasen más y que se callaran, pero no podían parar.
Después pasó algo insólito, mis padres antes de acabar la cena nos dijeron que se iban a ir un rato a casa del vecino, que nos portáramos bien, que vaya cena que les habían dado. Un frío recorrió mi cuerpo, sabía que iba a pasar, y eso me produjo una erección en plena mesa, estaba seguro que esa noche iba a ser más especial que la anterior, me fui a mi habitación, me acosté totalmente desnudo, me tapé con las sábanas, estaba muy excitado. Segundos después de oír la puerta de la calle cerrarse, se abrió la mía y surgieron mis dos hermanas riéndose, que queréis les dije, solo se reían, creo que se lo que codiciáis, pretendéis verme desnudo, tras decir esto, me quité la sábana, y quedé al descubierto, apenas vio mi pene erecto Ruth, le dijo a Elena que tenía razón, parece una salchicha.
Totalmente desinhibido, emprendí a darle movimiento a mi verga, Elena miraba a Ruth, y se dio cuenta que tenía que revelarle todo lo que le había narrado antes, por lo que le dijo que no tuviera vergüenza, que le iba a gustar bastante, entonces les dije que si querían mamarlo un poco, en ese instante Elena se aproximó, me lo tomó de la base, y mirando a Ruth, le solicitó que se arrimase, la sentó en la cama, y le dijo que se la metiera en la boca, como si fuera un helado, tras esto mi hermana mayor abrió la boca y lentamente se fue metiendo la polla, mientras ella lo chupaba, Elena le empujaba con una mano de la nuca, para que sintiera su hermana toda la verga dentro, y con la otra mano no dejaba de pajearme.
Mi hermana menor, se agachó y empezó a pasar la lengua por las bandas del pene, Ruth al ver eso la plagiaba, se lo sacaba de la boca y le daba con su lengua rosa por todo el otro costado, momento en el cual Elena se la embutía en la boca, estuvieron así un gran rato, yo gemía y clamaba de placer, ver a mis dos hermanas lamerme al mismo tiempo el pene, alcanzar las dos la punta, pasar las lenguas por encimas de la cabeza del pene, chocando ambas a veces, me volvió loco, les informé que estaba a punto de terminar, por lo que les empecé a implorar que se tragasen toda la leche.
Elena tomó la iniciativa, abrió la boca y al pajearme con una gran exactitud, logró que cada uno de mis chorros de leche terminaran en su boca, al concluir cerró la boca, la colocó boca abajo a Ruth, le abrió la boca con los dedos y comenzó a soltar de forma muy lenta toda mi leche de su boca a la de su hermana mayor, quien tragaba con total gozo, movía la lengua para los lados, y cuando dejó de caer mi semen se besaron efusivamente, se pasaron las lenguas entre ambas por los labios, y una vez que quedaron limpias, se empezaron a reír, tras lo que yo igualmente también empecé. Después nos fuimos cada uno a nuestras camas.
Los días siguientes yo siempre esperaba las visitas de mis hermanas, pero esta no llegaba, hasta que al tiempo comprendí que me habían usado para poder practicar ellas, suponiendo que serían otros los que estarían disfrutando de mis dos hermanas.

Tenía 18 años, cuando ocurrió lo que sucedió. No sé si reaccione correctamente, lo cierto es que no podía hacer nada más.
A mis 18 años, era ya una chica alta, comparada con mis demás compañeras del colegio, media, 1.55, mis senos comenzaban a desarrollarse, realmente parecían más bien dos pequeños limones, no terminaba de salirme el vello en mi virginal cuquita.
Tenía entonces un culito redondito, respingón, y una altanería propia de la malcriadez con que me había criado mi padre.
Pertenecemos a una clase social media alta, lo que me hacía prepotente, papi me defendía y daba la razón en todo momento, mi mami, no tanto, porque consideraba que me iba a los extremos.
Tengo 3 hermanos más, y con ellos la educación fue distinta. Iba a un colegio para "señoritas", donde realmente no era precisamente el lugar que mis padres creían que era.
Pero en fin, me gustaba estudiar allí, estudiaba desde la hija del Presidente, hijas y sobrinas de Ministros, grandes empresarios y nosotras las hijas de profesionales.
Al colegio me llevaba un chofer, un señor, que no era tal, debía tener en ese entonces unos 35 años, moreno, alto, de buen cuerpo. Soltero y quién siempre accedía a mis peticiones. Por miedo o por respeto a mis pataletas de niña malcriada.
Mis padres se fueron en pleno mes de Abril para París y Londres iban a pasar unas merecidas vacaciones, mis hermanos y yo quedamos a cargo de nuestra abuela y el esposo de ésta que no era mi abuelo, pero si tenía muchos años de casado con mi abuela.
Una tarde, luego de salir del colegio, el chofer debía dejarme en casa de mi abuela, quién no estaba, según me informaron las muchachas que limpiaban la casa había salido intespectivamente a visitar a un familiar que había caído enfermo, en una ciudad cercana pero distante a la vez.
Mis hermanos, al ser mayores podían quedarse solos en casa, pero como yo era menor, estaba al cuidado de mi abuela.
Subí de mala gana, a la que siempre fue mi habitación mientras me quedaba allí, me cambié de ropa y me dispuse a bajar a almorzar. Allí estaba mi abuelastro, quién había llegado como siempre a comer con la familia, que no era otra que mi abuela y un tío, que se había ido con ella, para acompañarla. Nos saludamos, amablemente aunque, sentía que era el responsable de que mi madre no se hubiese criado con mi abuelo real, que era un ser estupendo, culto, cariñoso, educado.

-No le darás un beso a tú abuelo, me preguntó

Me acerqué de mala gana como siempre, y le dije lo más malcriada que era, y le dije:

-Tú no eres mi abuelo. Mi abuelo se llama Pedro,

-Pero de todas formas te quiero como si fueras mi nieta, anda ven y dame un beso.

-Se lo di, el siempre había sido muy especial conmigo después de todo.

El me dio un beso, y me dijo que me sentará en la silla que siempre ocupaba mi abuela. Lo hice, no si antes hacer mis gestos de fastidio.

Nos sirvieron la comida, y me dijo:

-Hoy no tengo deseos de regresar a la oficina, mejor me quedo a hacerte compañía.

-No es necesario, le respondí

-Pero deseo hacerlo chiquita linda.

Sus palabras me agradaron, y mucho más cuando me dijo:


-Aunque viéndote bien, ya no eres una niña, eres toda una mujercita, que hasta novio tendrás.

Le respondí que no, que novio no tenía. Que el sabía muy bien como eran de celosos mis padres y hermanos


-Hay muchos hombres malos, por eso te cuidamos tanto, respondió

Y me dijo que él sabía que yo desde hacía tiempo había pedido unas botas de cuero hasta las rodillas, y que mis padres no estaban de acuerdo con que las usará, me dijo que él me las había comprado ya que sabía que el mes próximo sería mi cumpleaños.
Eso me hizo saltar de alegría y le pedí que me las mostrara, me dijo que lo haría, siempre y cuando guardará el secreto hasta el día de mi cumpleaños. Cuando las muchachas del servicio terminaron de recoger la mesa, me dijo que me las mostraría y así sabría si me quedaban bien.
Subió a su cuarto, bajo al poco rato y traía una caja con las botas que yo deseaba. Me quedaron perfectas, y me dijo:


-Creo que te vendrían bien con unos shorts o una minifalda

-Sí, pero mis padres no me dejarán usarlas- Le dije.

-De eso me encargaré yo. Me respondió. No digas nada, para yo preparar el terreno,- continúo diciéndome-. Creo que es hora de que vayas a hacer tus deberes escolares, y yo me iré a trabajar a mi estudio, me dijo.

-Puedo tenerlas puestas un rato, pregunté.

-Claro, pero ya sabes… que no serán tuyas hasta el día de tu cumpleaños.


Subí las escaleras de la casa, hasta la habitación que servía por esos días de mi alcoba, me miré al espejo y me quedaban grandiosas las botas. Me las probé con unos shorts que tenía, y una franelilla de algodón. Me senté a hacer mis deberes escolares. Al terminarlas, bajé a la cocina y ordené que me prepararan algo de merienda, y me fui al estudio de mi abuelastro. Abrí la puerta y pude verlo recostado en un sofá de cuero mirando la TV. Entré y le dije.

-Mira como me quedan

Me miro como quien descubre algo que antes no había visto, y me dijo:

-Mira como has crecido eres toda una mujercita, estás preciosa, deberé comprarte una mini para que la uses con esas botas

Me sentí muy feliz, y como era tan caprichosa, fui a darle un beso de agradecimiento, y le dije que esperaba que me dejaran usarlas, me abrazo, y me pego mucho a él. Me preguntó si no tenía calor, que si quería prendería el aire acondicionado, y me invito a ver una película. Hacía fresco, pero por el aire, mis pequeños pezones se pusieron erectos, y eso se notaba a través de la franelita que cargaba, no usaba ajustador. Notaba que me miraba, y se recreaba en mis pequeños senos.
Se levantó, se sirvió un trago. Y volvió a sentarse, pero está vez lo hizo frente a mi. Me miraba constantemente. Bebía su trago, y me veía de una manera extraña, me puso nerviosa y le dije que iría hasta mi habitación. Me dijo que estaba bien, que nos veíamos en la cena, mi tío llamo, y dijo que no regresarían esa noche que el hermano de mi abuela estaba delicado y que ella no quería venirse así, mis padres también llamaron, y me contaron lo bien que lo pasaban por Londres.
A la hora de la cena, él ya estaba sentado cuando baje al comedor, y me pidió nuevamente que ocupara el lugar de mi abuela, que era a su lado. Nos sirvieron la cena, y las domésticas se retiraron, hablamos de muchas cosas, pero nada de importancia, al terminar el postre, y luego de él beber una copa de vino, me dijo que al día siguiente, si yo quería el me recogería en el colegio, y que así podríamos ir de compras.
Así lo hicimos, lo llevé a la tienda donde todas mis compañeras del colegio compraban sus ropas, me compro todo lo que quise, e hizo que se las modelará, escogió las minis más cortas, las blusitas más bonitas, y me dijo que no escatimará en gastos, que yo era su nieta. Y que su dinero también era mío. Allí me quede callada y no le salí con una de las mías. Malcriadeces, típicas de la edad, supongo.
En el trayecto a casa, me pidió que al llegar le modelará nuevamente las ropas pero con las botas puestas, y yo feliz de hacerlo.
De repente; un carro salió en un cruce de improviso, lo que hizo que el frenará de repente, aunque llevábamos puestos el cinturón, su mano se puso en mi pecho, en el momento pensé que era producto del susto, pero la dejó allí e hizo algo de presión, sobre mis pequeños senos. Sólo me comentó, no compramos ajustadores, y yo le respondí, que no los usaba. Me dijo que pronto debería usarlos, porque estaban creciendo rápidamente, y volvió a tocarlos, le arranque de un manotazo sus manos, y me dijo que eran caricias de cariño. Que no había nada de malo en ello. Le dije que si volvía a hacerlo, se lo diría a mi abuela, y a mis padres.
Me dijo que no era para tanto, al llegar a casa, estaba ya el almuerzo servido, me dijo que no me quitará el uniforme y que nos dispusiéramos a comer, que de seguro estaba muerta de hambre. Y así lo hicimos, sólo fui a lavarme mis manos, en uno de los baños de los bajos de la casa, el me siguió y se puso detrás de mi, sentía su cuerpo muy pegado al mío y le dije que ya le daba espacio para que se lavara las de él, que porque no subía a su baño, y me dijo que le encantaba estar así conmigo. Sentí crecer su verga, y sus manos se posaron en mis nalgas, las acarició, y me dijo que definitivamente era ya toda una mujer, y como tal debía comportarme.
Esas caricias me agradaron, para que negarlo, no obstante le dije, que no lo hiciera, y me salí del baño.
Cuando regreso a la mesa estaba como contrariado, le pregunté si estaba molesto, y sólo me dijo:

-Come.. y se quedo herméticamente callado.

Cuando terminamos de comer, subió a su habitación, y yo entré a la mía, saque toda la ropa que me había comprado, y estaba probándomelas cuando tocaron a la puerta,

-Pase, dije

El entró, y me dijo que venía a desearme buenas noches, pero al ver que estaba probándome la ropa, me dijo que quería ver como me quedaba en especial una mini y una blusita que él había escogido, especialmente para mi, fui hasta el baño de la habitación, me cambié y salí, para que el viera como me quedaba,

-Te ves preciosa, mi pequeña mujercita

-Gracias le dije, me acerque a él para darle un beso de agradecimiento.

Y en ese momento, me abrazó, comenzó a besarme, y me dijo:

-Te deseo, serás una mujer muy bella cuando crezcas.

-Gracias volví a decirle, pero le pedí que me soltará.

No lo hizo, al contrario, me agarro de la mano y me llevo hasta la cama, allí me sentó y me dijo que deseaba hablarme, que él no me haría daño, bajo ningún concepto, pero que deseaba algo, y que sólo yo podía dárselo.

-Que quieres, le pregunté, nuevamente con mi voz de niña malcriada

-Toco mis pequeños senos, los apretó

Intente separarlo, pero me dijo, o te quedas quieta o verás de lo que soy capaz. Le grite que saliera, pero me tapo la boca, me tiro a la cama, y de un golpe abrió mis piernas, por sobre mi pantaleta comenzó a lamerme, intentaba soltarme pero el era más fuerte que yo, poco a poco sus caricias comenzaron a gustarme. Separo un poco mis pantaletas y me lamió toda mi cuquita, mientras me decía

-Que rico hueles chiquita mía… yo ya no ofrecía resistencia, me gustaba sentir su lengua y el roce en mi clítoris, luego cuando vio que no me seguía resistiendo, bajo mis panties, y se dedicó a comerme todo el coño, su lengua recorría todo mi bollito, sentía como ganas de orinar, me dijo que era normal, que era el placer que estaba sintiendo…

Comenzó a meter suavemente uno de sus dedos en mi rajita, mientras seguía lamiéndome, lo hizo con delicadeza, me preguntó si me dolía, le respondí

-No, no me duele… no entendía pero mi respiración se hacía cada vez más entrecortada.

-Eres una mujercita muy hermosa, quiero darte todo lo que me pidas, no debes decirle de esto a nadie, será nuestro secreto.

-Ok, le respondí

Comenzó a meter dos de sus dedos, y seguía acariciándome, me pidió que me parara, bajó su short del pijama, y saco su verga, era la primera vez que veía una, me pareció enorme, me hizo agachar y me dijo que la lamiera, como un helado, instintivamente lo hice, él cerraba sus ojos, yo alzaba la mirada y veía en su rostro reflejado el placer, no me gusto al principio su sabor, pero poco a poco me adapté, sabía entre dulce y salado, comenzó a bombearme contra su verga, cuando de repente se detuvo.

-Ven me dijo, acuéstate en la cama

-Para que le pregunté,

-Ya verás, ahora si serás toda una mujer, y lo serás conmigo…

Comenzó a meter poco a poco la cabeza de su gran pinga dentro de mi húmeda cuquita, me dijo que sentiría un poco de dolor, que cuando eso pasará le dijera para el pararse y esperar.

-Ya me duele!!!, le grité

-shhh, me dijo: espera un poco a que tu bollito se adapté, él espero un poco, mientras llevaba a su boca, mis pequeñas tetas, las lamió, las chupo, y de repente de un solo golpe, metió su verga, me hizo gritar, y tuvo que tapar mi boca, para que no se dieran cuenta, comencé a llorar por el dolor, sentía que algo impedía que su verga entrará, sentía como si me estuviesen partiendo en dos, sentía como especie de una pared, que querían traspasar… Él continúo metiendo y sacando su verga, y yo seguía llorando y suplicándole que no siguiera que parara.

-Es porque es tu primera vez, te estoy desvirgando mi pequeña zorrita malcriada,

-pero ya verás como te gustará de ahora en adelante,

Siguió metiendo y sacándola, hasta que de repente la sacó, se puso encima de mí, y acabó en mi cara, la regó por todos lados, y me beso…, me limpió con su lengua… Y me llevó al baño, allí me lavo toda, me baño… Y me dijo que de ahora en adelante sería su zorrita preferida…

Lo que relataré ahora, fue algo que me contó mi amigo y hoy se los transcribo tan idéntico como el me lo contó a mi, haciendo un esfuerzo por recordar

El comenzó su relato así...

Me sucedió hace tres años aproximadamente. tengo 22 años y una bellísima madre de 40, de sensual aspecto, cariñosa y muy mimosa. Separada, vivimos juntos con una hermana de 20, tan hermosa como ella.

Nunca las había contemplado, ni a mi madre ni a mi hermana, como mujeres, fuera de comprender tanto la realidad de su belleza, como que somos consanguíneos.Mi madre era maestra en un cuarto grado de una escuela, y muy querida. Volviendo una tarde de la universidad donde yo estudiaba, la encontré llorando, pese a que trató de disimularlo. Acortando, me dijo que un profesor, al cual yo no conocía, trataba infructuosamente de seducirla, alentado por algunas concesiones de ella, pero que no había querido proseguir por no amarlo.

El tipo era un pesado y la estaba comprometiendo ante los ojos de sus colegas, y esa noche, durante la cena, nos confesó a mi hermana y a mí, que le había dicho que tenía ella ya un amante, y que ese fin de semana iría con él a un hotel de una playa alejada de Buenos Aires, y el tipo no la creyó, y ella, imprudentemente, le dijo a cual hotel iría, y tampoco le creyó; en fin, que él se iría a ese hotel ese fin de semana a buscarla, y ahora mi madre no sabía como salir del lío.

Mi hermana, Patricia, le dijo: que se fuera con alguna persona de confianza y se hiciera pasar por su amante, si, pero ¿en quien confiar?. Riendo mi hermana dijo que me llevara a mí. Nos miramos y reímos, y entonces la cosa fue cuidadosamente planificada entre los tres.

Ese viernes nos fuimos en el coche, un día antes, a fin de preparar todo. Llegamos, ella dio su nombre, callando el mío, y sospecho que pensaron en la administración que la hermosa señora se llevaba consigo a un amante. Entramos finalmente en la alcoba con una sola cama de matrimonio, a pedido de ella, y acomodamos la ropa, algo nerviosos y yo con una extraña sensación de estar cometiendo una locura.

Esa mañana, decidimos irnos a la playa privada del hotel; estaba con una bikini despampanante, y sus senos, turgentes y duros para su edad, querían escaparse del breve corpiño; no pude menos de mirar el hermoso triángulo de su bajo vientre, apenas cubierto por la malla, y para mi desesperación, mi pene se puso tieso, y notándose perfectamente el bulto debajo de mi pantalón de baño. Ella me miró, se ruborizó, y riendo me dijo que me comportara como un novio, para que los pasajeros no sospechasen nada; me tomó de la mano, y corrimos como dos chicos hacia el agua; durante un rato, jugueteamos hasta que de pronto, yo me senté en el fondo de arena, cubierto apenas hasta el pecho por el agua, y ella instintivamente, se sentó entre mis piernas abiertas de espalda a mí, y nos quedamos quietos en esa erótica situación. Creo que no se daba cuenta de lo que sucedía, pero a mí, mi palo se endureció nuevamente y sin poderlo evitar, se lo apoyé a lo largo de su trasero, hermoso y turgente, y me apreté a ella; mamá no decia nada, hasta que mirandome dijo

-.Cómo deberemos besarnos cuando llegue ese desagradable tipo, empecemos ahora... y además, ante todos, somos novios.

Me ofreció sus labios, y creí desmayarme del susto; al comienzo fue un beso suave, pero cuando ella separó los labios, y mi lengua entró en su ardorosa y perfumada boca, se hicieron apasionados y terminamos jadeando. Sin darme casi cuenta de un posible un rechazo, subí mis manos que estaban en su cintura, y la tomé por los pechos por encima de la bikini; suspiró, y aceptó la caricia. Perdí la noción del tiempo, de la gente que estaban bañándose, de que la mujer que tenía apretada era mi propia madre, que era todo eso una locura, y mi lengua entraba y salía de su boca, nos intercambiábamos la saliva como si fuese una droga de amor, y mis dedos apretujaban sus tetas en una caricia incestuosa y ardiente.

Después, cuando salimos del agua, en silencio, tímida, ella se colgó de mi brazo y nos dirigimos al hotel; nos cambiamos de ropa, sin que comentara lo sucedido, y bajamos a almorzar.

Hubo un corto silencio y luego ella me dijo cariñosa y tierna:

-.Escucha hijo... esto que sucedió en el mar, me ha gustado más de lo que suponía, y no me arrepiento, pese a que nuestros besos fueron muy... muy poco de madre e hijo... -se sonrió al decirlo: -pero deberemos repetirlo mañana cuando venga ese desgraciado y nos sorprenda...

En realidad, la cosa había sido armada así: el conserje lo haría pasar, cuando llegara, pero nos avisaría por teléfono de su arribo, y yo estaría con mi madre en posición inequívoca como si nos estuviésemos amando, y permitir que nos viese.

Fuimos a mi pedido a bailar a una boite que me habían recomendado por discreta y agradable.

Ella se rió a mi invitación:-.¡Lo único que faltaría que nos viera algún conocido, yo bailando con mi propio hijo en una confitería...!Pero aceptó. Se puso una minifalda, y una blusa casi transparente, que dejaba ver su corpiño cubriendo sus hermosos senos. Pedimos unas bebidas, y comenzamos a bailar. Nos olvidamos del parentesco; en una pieza brasileña, yo bailaba con ella quien me daba la espalda y apoyaba su cabeza en mi hombro como esa mañana en la playa, y sentía su trasero, duro y ampuloso apretado contra mi vientre, y mi pene, durísimo, lo acomodé en la hendidura de sus nalgas, y bailamos así abrazados, hasta que le susurré:-.¡Mamá... dame tu boca...!

Sin decir nada, volvió su rostro y mi boca se adhirió a la suya, que estaba abierta, y besos que nos dimos nada tenían que ver con lo de la mañana, por su ardiente voluptuosidad y pasión.

El baile fue algo enloquecedor: me frotaba contra ella, buscando las ocasiones para con los movimientos acomodarle bien mi pene entre sus nalgas, y lo peor o lo mejor para mí, era que mamá gozaba con esto, y proyectaba hacia mi, su trasero, apretándolo contra mi vientre, buscando más intimidad en el roce, mientras tratábamos de besarnos en largos besos de lengua, húmedos, jadeantes.

Yo estaba a punto de acabar en mis pantalones, pero por suerte la música terminó, y en silencio, agitados, regresamos a nuestro sitio en el reservado; sentados muy juntos, nos miramos, y envalentonado por su hermosura, la noche y el deseo que me invadía, rodee sus hombros con un brazo y la atraje hacia mí. Cerró los ojos cuando mi boca buscó la suya, y con un largo suspiro se abandonó. Mi otra mano se posó sobre su vientre, sobre la corta falda, y cuando hurgué entre sus muslos, mamá los separó y pude alcanzarle el sexo que estaba empapado; de allí, temeroso de que se molestara, subí en mi caricia, y le abarqué una teta, ahora por debajo de la blusa.-.¡Hijito, por favor, no sigas...! ¡Por favor querido...!

Sentí su angustia, y obedecí; no podíamos separar nuestras bocas, y ya casi no podíamos respirar bien, cuando mi mano se posó en su pequeño pie, calzado con unas preciosas sandalias blancas de tirillas, tipo pulsera, y comencé largas caricias, ella suspiraba, sentía sus estremecimientos, jadeaba de deseo mal contenido, y poco a poco volvía a ascender, llegué con mi mano a la tersura de sus muslos, y nuevamente alcancé su vulva, y la acaricie, sin atreverme a llegar más lejos, aunque estaba loco por meterle los dedos.

Esa noche, al acostarnos, ella vestía un camisón muy sensual, y le dije que yo dormiría en el sofá de la habitación.-.¡No seas tonto... dormiremos juntos...! ¿Acaso no soy tu madre?

Entre nosotros no puede haber nada malo.-.¿Y si lo hubiese? -mi pregunta se escapó y la vi sonrojarse:-.Entonces no te permitiría dormir conmigo... pero no hay cuidado... De lo cual yo no estaba muy seguro.

Calculen lo que pasaba por mi mente: yo era joven y ardiente, tenía a mi disposición casi, a una mujer sumamente bella, muy sensual y cariñosa, y durante la mañana la había besado apasionadamente y manoseado sus pechos; durante el baile, no había sido mi madre, sino una ardiente compañera; en ese momento de acostarnos, mi pene era una madera de duro y grande; ella se pegó contra mi cuerpo, y me atreví a pasar un brazo debajo de su cabeza, sin oposición, y de común acuerdo, nos acercamos el uno al otro acostados de lado; fue una especie de acuerdo tácito, cuando nuestras bocas se encontraron, y durante largos minutos, nuestras lenguas se buscaron jadeantes, se enroscaban una contra la otra, lamía sus encías y mi pene se acomodó a lo largo de su vientre; ella suspiraba entre jadeos, pero no sucedió nada más, excepto que yo tuve un orgasmo y le empapé el camisón.

Al día siguiente, durante el desayuno, nos mirábamos como amantes, enamorados y cariñosos. Tomó su mano por encima de la mesa, que me entregó, y nuestros dedos se entrelazaron, mientras ella se ruborizaba una y otra vez.Después, durante el baño en el mar, se repitió lo del día anterior, pero esta vez, dejé uno de sus senos libres, y bajé la mano hasta su vulva, y con un estremecimiento, su lengua enredada en la mía, permitió que yo le acariciase su sexo.
Esa noche, nos preparamos para la comedia: se puso un baby doll rosado, pero cuando se tendió en la cama, se quitó el calzón del mismo, y con las piernas apretadas, ruborizada, los ojos que no se quitaban de los míos, esperó que yo me desnudase, y luego, esperamos estrechamente abrazados, pero yo temía que el individuo descargase su rabia con un escándalo o peor; dio un salto asustada cuando el teléfono de la conserjería avisó, y con un grito me dijo apremiante:

-.¡Pronto, acuéstate encima mío y haz que me estás penetrando...!

Así lo hice: ella separó sus bellísimas piernas, y me acomodé entre ellas, y mi pene, duro y grueso, se acomodó contra su vulva desnuda y húmeda, a lo largo de la misma, quedando entre sus labios como dentro de un estuche caliente y húmedo. Nuestras bocas se pegaron, en un beso ardiente, y comencé a moverme con los movimientos de coito, como si estuviese dentro de ella: se sintió abrir una puerta, (habíamos dejado un velador encendido que apenas iluminaba la escena), enseguida unas palabras soeces, pasos rápidos, y un portazo de salida: todo había concluido para mi madre.

Pero algo sucedió: no me aparté de ella, y seguía moviéndome encima de ella, frotando mi pene contra la entrada de su vientre; mi boca seguía pegada a la de mi madre, y vi que cerraba los ojos dulcemente.

Entonces, loco de amor y de lujuria, elevé mis caderas, y suavemente, le apoyé el glande en la entrada de su vagina; no dijo nada, su boca seguía ardientemente adherida a la mía, y jadeaba, no trató de cerrar las piernas, y como no protestó al sentir mi glande entre los labios de la vulva, empujé, mi pija, dura como un palo, caliente como el fuego, le entró totalmente en la concha, arrancando de su boca un largo gemido de pasión.

Fue una locura: ¡me estaba cogiendo a mi propia madre! ¡Era un incesto de madre e hijo! No me importó y a ella tampoco: elevó sus piernas desnudas, y me rodeó mis caderas con ellas, en un abrazo de intensa lujuria. Yo comencé a moverme de arriba a abajo, entrando y retirando casi mi miembro de su vientre, y ella, gimiendo, me acompañaba en su delirante entrega.

Emitió un largo y apasionado gemido cuando mi semen inundó su vagina, caliente y abundante, y comenzó a moverse enloquecida acompañando mis espasmos de pasión.

Fue en realidad nuestra noche de bodas, y a la mañana, empapados de semen y flujo, nos despertamos entre asombrados recuerdo.

-.¿Que hemos hecho? ¡Eres mi hijo...! ¡Soy tu madre...! -murmuró temerosa. No la dejé que pensara más sino que me tendí encima, busqué su vulva con mi miembro nuevamente duro, y se lo metí, haciéndola olvidar sus temores. Entonces, su entrega fue total, y se transformó en una ardiente y deliciosa amante. Terminamos exhaustos; se acodó a mi lado y me miró pensativa.

-.¿Que ocurre mamá...? ¿Estás disgustada por esto...?-.No hijo... solamente pensaba en lo amoroso y apasionado que eres... y tengo que confesarte, que estoy enamorada de ti... como una jovencita... como una novia.-.Mamá... -respondí emocionado: -Yo estoy locamente enamorado también de ti... y eso me asusta un poco.-.¿Porque amor mío...?-.Porque eres mi madre, porque te amo como a mujer, porque soy tu hijo, y porque me enamoré de ti...Enrojeció de placer. Me besó largamente en la boca, y su mano buscó y asió entre sus suaves dedos mi pija, endurecida nuevamente, y murmuró mientras me la acariciaba:-.Cojéme otra vez, amor mío... y olvidemos que somos madre e hijo... somos ahora marido y mujer... -y agregó mientras se trepaba encima de mí, buscando meterse mi pene: -soy tu mujercita, mi amor... soy tuya ahora y siempre... ¡Ahhhh...! -estaba totalmente empalada con mi carne, y cayó sobre mi pecho moviéndose lúbricamente, mientras yo lanzaba dentro de su ardiente vagina, un chorro de caliente semen que le inundó el vientre.

Cuando nos dormimos, ella encima mío, aun tenía dentro de su vagina, mi pene casi tan duro como al principio.Al día siguiente emprendimos el regreso, pero a medio camino nos detuvimos a dormir en un motel, y tuvimos otra noche inenarrable.Cuando llegamos, mi hermana, Patricia, me comentó que mamá parecía cambiada, más alegre, más cariñosa, y muy satisfecha. Entonces, le dije la verdad, porque me interesaba que supiese.

-.Durante nuestra estadía en el hotel, la cogí...-.¡Pero es nuestra madre...y la puedes dejar preñada! -exclamó alarmada, con cara de susto. Entonces tuve que explicarle lo sucedido, cuánto nos amábamos, la locura de la relación y la vi interesada. Una mala idea me cruzó por mi mente:

¡Sería hermoso, Patricia, que mama, salga preñada y así tener relaciones contigo también, ya que eres mi hermana y además muy hermosa total, así tengo a mi familia y todo queda aquí entre nosotros, que te parece, ya habiendo comenzado...!

Y si mamá salió preñada teniendo a los nueve meses, una linda mujercita, que hoy lleva el nombre de claudia.!

Y Patricia me acaba de dar una buena noticia que el examen de embarazo le salió positivo y ojala sea también mujercita.

Hola Liliana, te envío el relato de cómo fue que me jodí a mi hermana

Todo sucedió cuando regresaba de una fiesta en mi coche. Habíamos estado tomando muchísimo en esta fiesta, que fue en casa de un amigo, y pues ya me dirigía a mi casa. Mis padres estaban de vacaciones, por lo que no teníamos problemas de llegar tarde ni nada por el estilo. En el coche íbamos mi hermana Karina, de 25 años y su novio Hernán en el asiento de atrás, y una amiga de mi hermana, Jessica y yo Pepe adelante.

Mi hermana venia fajando con su novio que se podría decir que iban casi cogiendo. Por el espejo retrovisor veía claramente como el le metía las manos bajo el vestido que ella traía y le masajeaba las tetas, ella ya traía el brassier todo enrollado arriba de sus enormes melones. Su novio se agachaba y le daba largas chupadas y mamadas a sus pezones. Mientras yo le acariciaba las piernas a su amiga, que venia de copiloto, pero por estar manejando pues no tenia libertad de acción. Pero estaba mas entretenido mirando la acción del asiento trasero.

El vestido de mi hermana era algo corto, por lo que su novio no tuvo problemas para meterle la mano por debajo y agarrarle las nalgas, ella se recostó en el asiento mientras el le acariciaba las nalgas y a tirones le sacaba las medias y la tanga. Le acariciaba las piernas y alternaba esto con apretones a sus tetas. Ya la tenia casi desnuda, y solo de cuando en cuando ella se medio acomodaba el vestido. Por decisión Jessica, que iba adelante conmigo, tuvimos que parar en una tienda por mas cerveza, para el camino, así que tuvieron que suspender la acción momentáneamente, misma que se reaunodo tan pronto arrancamos.

Ellos siguieron con sus caricias mientras yo trataba de manejar y al mismo tiempo acariciar las hermosas piernas de Jessica. Total que nunca pude hacerlo bien, y así me conforme hasta que llegamos a mi casa. En cuanto bajamos del coche, sonó el celular del novio de mi hermana, el atendió, y sin mas ni más, se despidió de nosotros diciendo que tenia una emergencia y se fue, dejándonos a los 3 ahí, lo cual a mi me venia a arruinar la noche con Jesica, ya que mi hermana estaría ahí con nosotros.

Estuvimos bebiendo hasta casi las 9 de la mañana, platicando y oyendo música. Jessica se durmió en mi cuarto. Me quede platicando con mi hermana, y le dije:

- Que buena tocada te dieron en el coche.

Ella simplemente se rió y me pregunto que tanto había visto, y al irle contando todo lo que había visto sentí como mi verga se me paraba no más de acordarme. Le conté como había visto que su novio le masajeaba las tetas y como le agarraba las nalgas. Le dije:

- Seguramente ni traes las media ni la tanga.

Ella se rió y lo confirmo. Le pregunte que tal era su novio en la cama y me dijo que regular. Así platicábamos, cuando le pedí que me enseñara sus tetas. Ella se sorprendió y me dijo:

- ¿Que para que?.

Yo le dije que las había visto en el coche y me habían gustado y que simplemente quería verlas otra vez. Ella simplemente se bajo el vestido y me las mostró. Las agarre y las sobe un rato. Estábamos solos y Jessica dormía como tronco. Metí un seno a mi boca y lo succione, luego el otro. Los tiene grandes y redondos, nada caídos.

La jale hacia mí y la senté en mis piernas. sentí su peluchito en mi pantalón, ya que su novio la había dejado sin tanga.

La alce un poco y metí mi mano debajo., nos reíamos, y le apretaba las nalgas, luego metí mi dedo medio en su vagina y se puso seria, gimiendo suavemente, nos besamos en la boca como si fuéramos amantes, y empecé a mover mi dedo dentro de ella rápidamente, eso provoco que se excitara.

Saque mi verga ya demasiado erecta del pantalón y se la unte en medio de las nalgas, la levante y la lleve a la barra de la cocina, y ahí le recargué empinada, le separe las nalgas y le metí la verga hasta el fondo de su vagina, estaba apretadísima, calentita, ella seguía seria, y sus facciones indicaban como lo disfrutaba, estaba tan caliente que con pocos movimientos me vine dentro de ella.

Sin perder la erección seguí bombeando cada vez con mas fuerza. Sus tetas se embarraban en la barra y se veían enormes, así que nos pasamos al sofá, donde se sentó, levantando sus piernas por encima de mis hombros, permitiendo que la penetrara de frente, viendo el vaivén de sus tetotas mientras la embestía.

Estábamos acostados y ella estaba de espaldas a mí, le saque el pene aun húmedo y la quede viendo, con ese cuerpo hermoso que tiene.

Jessica aun dormía, así que no la moleste y regrese a la sala., me acosté nuevamente junto al cuerpo desnudo de mi hermana y la abrace, mi verga reacciono inmediatamente la gire para que quedara boca abajo, y me acosté sobre ella, al sentir mi peso empezó a despertar pero antes que pudiera moverse introduje mi verga en su vagina por atrás, con el pene adentro me recosté sobre ella.

Ella no hizo nada, solo respiro profundamente, su vagina apretaba mi verga de una manera deliciosa, y su calor me excitaba muchísimo, así que gire para que quedáramos de lado y empecé a bombearla lentamente.

Sentía como mi palo se deslizaba adentro y afuera.

Cuando estaba a punto de venirme me detuve, sabia que ese día probablemente nunca se repetiría y lo quería aprovechar al máximo, así que saque mi pene, paradísimo, y coloque la cabeza en su ano, empuje suavemente pero ella lo sintió y se movió, y me dijo entre sueños que no lo hiciera, pero estaba demasiado excitado y la sujete y le dije que lo haría despacito, y así lo hice, fui metiendo mi verga en su culo lentamente, mientras ella apretaba los dientes.

Cuando se lo metí todo, basto que me moviera adentro y afuera dos veces para explotar en una venida en su ano, el cual estaba bien apretadito.

Pues de esta forma Liliana fue como tuve sexo con mi hermana por primera vez, después te cuento otras de nuestras aventuras cachondas.

Soy Samuel y tengo una hermana muy bonita que se llama Aide, cuando teníamos 15 y 16 años, mis padres tuvieron que viajar por que mi abuela había enfermado, así que nos dejaron solos un fin de semana


Por lo que decidimos realizar una pequeña fiesta, yo invite a un amigo y mi hermana a dos de sus amigas

Mi cuate se emborracho tanto que se quedo dormido en mi habitación como a eso de las diez de la noche

mientras nosotros continuábamos con las charlas y bailes, así como bebiendo cervezas

Yo bailaba con Paola, una de las amigas de mi hermana, pero a ella ya le estaba haciendo efecto el alcohol, así que se me repegaba demasiado, y como yo no soy de hielo, me la lleve a la cocina a darnos un buen faje, ahí nos besábamos de una manera muy cachonda, estábamos en eso cuando mi hermana entra a la cocina y nos ve.

Después de eso Paola y yo regresamos a la sala, por que ya estaba por irse junto con Mari su prima.

Yo veía que mi hermana estaba molesta pero no sabia por que, así que le pregunte y ella me contestaba que no estaba enfadada, luego ella me pregunto sobre lo que vio en la cocina y me dijo que Paola no me convenía como novia por que era una chica fácil.

Tratando de poner orden le dije que ella no me interesa como novia, y que lo sucedido, paso y nada mas.

Después me pregunto que se sentía besar, le di una leve explicación, y ella me dijo que nunca había besado a nadie, me pregunto que es lo que se tiene que hacer en un beso.

Y yo le dije mas o menos como era eso del beso, y así continuábamos con la charla y que me suelta de un trancazo, que si le enseñaba a besar, yo le dije que si, así que primero le mostré como con la mano,

Ella me sugirió que la besara en la boca, nos besamos primero de pico, después ya juntamos mas nuestros labios y comenzamos lentamente a explorar nuestras bocas con nuestras lenguas, así seguimos como unos veinte minutos.

Yo ya tenia una calentura de miedo, y comencé a besarle el cuello y a recorrer con mis manos su cuerpo, ella se estremecía con cada caricia, recuerdo que ella estaba vestida con un vestido ligero que le llegaba a la mitad de los muslos.

Nos habíamos sentado en el sillón, en donde le comencé a acariciar las piernas poco a poco hasta que toque sus nalgas, ella temblaba de excitación.

Le levante el vestido casi hasta quitárselo, así comencé a acariciarle los senos, y me entretenía un buen rato en sus pezones que aun se encontraban bajo el sostén, le termine de quitar el vestido y la recosté en un sofá, respiraba agitadamente, estaba muy nerviosa y excitada, yo me quite la ropa y ya cuando estaba solamente en calzoncillos le dije que nos fuéramos a su pieza por si acaso despertaba mi cuate y no nos encontrara en esa situación.

Ya en la habitación de mi hermana Aide, nos abrazamos en la cama, nos besamos y nos comenzamos a quitar la ropa interior que teníamos aun puesta.

Con locura le bese los pechos, y ella me tocaba el pene, lo agarraba con mucha timidez, me acosté sobre la cama boca arriba y mi hermana se subió sobre mi, para introducirse ella misma mi pene.

Poco a poco comenzó a clavarse mi falo, hasta desaparecerlo por completo ya una vez que se sentó por completo me incorpore para abrazarla y hacerlo sentados frente a frente.

Estuvimos así un buen rato primero los movimientos eran suaves para que no le doliera, después ya ella sola saltaba sobre mi como una posesa, temblaba de excitación, gemía y su respiración se entrecortaba cada vez mas, estaba experimentando sus primeros orgasmos.

Luego nos acostamos los dos sobre la cama y abrazándola desde atrás continué con la penetración y al mismo tiempo le acariciaba la vagina, en eso comenzó a convulsionarse y a sentir que el orgasmo le llegaba de una manera salvaje.

Se giro y quedo boca abajo y yo encima de ella y la cabalgué como una bestia hasta que me vine en su interior, y ella recibió mi leche.

Nos quedamos dormidos pero nos despertamos a tiempo para que no fuéramos a ser pillados por mi amigo que se quedo dormido en mi habitación.

Después de que termino la fiesta a la que asistimos Rocío y Yo, nos despedimos de nuestros padres y nos encerramos en la habitación de mi hermana.

Ya en el interior del cuarto no perdimos el tiempo y nos enlazamos en un morreo y faje de puta madre, Rocío realmente sabia cachondear con su besos, estos eran tan salidos que me hacían hervir.

Mis manos recorrieron todo su cuerpo y levantaron la falda de mi hermana para poder palpar directamente las nalgas paraditas y respingonas que tiene.

Ella bajo sus manos y comenzó a desabrocharme el pantalón y a bajármelo, al estar ya sin mi pantalón ella me sobaba la verga sobre encima del bóxer, mientras yo le quitaba las bragas y la falda.

Desabroche su blusa y quite su brasier para inmediatamente situarme en sus tetas, las cuales lambí y chupe con ansias locas.

De sus labios solo salían suspiros y leves gemidos que eran música para mis oídos.

-mmmmmmmm, sssssssssiiiiiiii, mmmmmmmmmmmm, o Julián que rico hermano siiiii, sigue, sii, mmm-, decía mientras me entretenía en sus ricos pechos.

Succionaba sus tetas como un crió y mordía suavemente sus pezones rozados y puntiagudos, propios de una niña de 14 años.

Sus jadeos no paraban y sus manos habían logrado desnudarme por completo y comenzado a pajearme lentamente.

Las manos de Rocío eran una suave caricia en mi verga que estaba más que dura y pedía a gritos entrar en su vagina que estaba llena de jugos.

Lentamente inicie mi descenso por su pecho hasta llegar a su vientre y colocarme en su raja, fue sensacional absorber su olor de mujer excitada, mi lengua rápidamente abrió camino por tan bella gruta.

Mientras ella trataba de reprimir sus jadeos que estaban ya convirtiéndose en gritos de placer.

-mmmmmmmmmmm, aaaaaaaaaaaaahh, Julián me matas oooooooohhhhhhh, mmmmmm, hermanoooooo aaaaaahhhhh,,,,,mmmmmm, huyyyy, aaaaaaahhhmmmmmmmm-, espetaba entre gemidos y jadeos Rocío.

Su estado era de verdadero éxtasis, no podía creer que su hermano mayor le estaba comiendo el coño.

Decidido a cogermela, inicie a penetrar su vulva con mi dedo índice, hecho que la hizo sobresaltarse.

La dedeada que le aplicaba a mi hermana iba acompañada de lambidas y chupadas en su clítoris, un botoncito rosado y delicado que al contacto de mis labios hacían brincar y gritar a Rocío.

Al considerar que mi trabajo oral en la vagina de mi hermana era mas que suficiente, la levante y de pie frente a su cama, la tome de sus piernas hasta cargarla a la altura de mi vientre y lentamente ubique su gruta a la altura de mi verga que entro para reventar su himen.

Su grito hubiese sido escuchado por nuestros padres que se encontraban en la planta baja de la casa, sino fuese por que la bese.

La represión de su grito se transformo en un severo mordisco en mis labios, un poco más y me lo arranca, sus jadeos continuaban conforme mi pene entraba y salía de su vagina.

El movimiento violento de mis caderas hacía que mi falo llegara hasta lo más profundo del útero de mi hermana, haciéndola jadear más.

Después de depositarla en la cama continué penetrándola con fuerza, mientras Rocío me pedía más y su cuerpo se convulsionaba anunciándome que había llegado al clímax, su cuerpo se tenso por largo rato para después desplomarse suspirando sobre la cama.

Esa imagen fue mucha para mi que de igual forma explote dentro de ella inundándola con mi leche que llego hasta lo más adentro de su útero, y por fortuna no quedo preñada.

Soy Julián y tuve sexo con mi hermana Rocío, ella es menor que yo por dos años.

La primera vez que tuvimos sexo fue cuando yo tenia 16 y ella 14, por esa edad Rocío cursaba la secundaría y yo la preparatoria, debido a ello yo salía con amigos y amigas de mi edad.

Bueno para no hacer el cuento tan largo les cuento que un día me invitaron a una fiesta, el compa que me invitó tenia dos semanas de conocerlo cuando intentaron asaltarnos en pleno transporte urbano y unimos fuerzas para pelear contra los cacos, por lo que sus amigos aun eran desconocidos para mí.

Acepte ir a la dichosa fiesta en donde por casualidades de la vida me encontré con mi hermana Rocío, pues era amiga de la hermana de mía recién amigo.

La fiesta inicio como a las seis de la tarde y ya como a las 10 de la noche una gran parte de los asistentes se habían ido, solo quedábamos mi camarada y su hermana, así como Rocío y dos parejas más.

Una de las chicas la cual era muy alocada nos propuso jugar a la botella, aceptamos y los castigos como siempre al principio son suaves y algo bobos, pero poco a poco comenzaron hacerse un poco más fuertes, como de besos, bailes eróticos.

Por lo menos a mi me había tocado besar a todas las chicas menos a mi hermana, y ella solamente había besado a dos chicos y bailado eróticamente en dos ocasiones enfrente de todos.

En una de las ocasiones que perdí me colocaron de castigo besarme con mi hermana, lo cual de primera mano me rehusé, por lo que me cambiaron de castigo y me exigieron que simulara que tenia sexo con ella.

Me lo pensé un poco, pero después de meditarlo me dije a fin de cuentas es una simulación y además estamos vestidos.

Acepte y pedí que me dijeran en que posición simularíamos, a lo que nos solicitaron que ella me montara mientras yo la tomaba de la cintura.

Así lo hicimos, Rocío se monto sobre mí, mientras yo la tomaba de su cintura, creo que eso fue peor que negarme al beso, por que ella vestía una falda corta de vuelo y yo un pantalón de mezclilla delgada y holgado.

Al sentarse sobre mi, lo hizo de forma tal que su vagina cubierta por su pantaleta tocara directamente mi entrepierna.

Eso me éxito y mi pene comenzó a crecer, mi hermana me vio y abrió mas sus ojos y me miro fijamente, comencé a mover a Rocío de lado a lado sobre de mi, eso provoco una fricción entre nuestros sexos lo que nos éxito más a los dos, ya que sus pupilas se dilataron y eso me indicaba su calentura.

Era sensacional sentir su sexo sobre el mío, haciendo movimientos eróticos, el roce era muy placentero, yo podía sentir como mi pene formaba un canal sobre su raja.

Escuchamos la voz de orden de simular jadeos, mi hermana no se lo espero mucho y comenzó a emitir gemidos y jadeos que me excitaban más.

Sus, -AAAAAAAAAAAhhhhh, mmmmmmmmmm mmmmmmmmm, mmmmmmmmmmmmahhhhhh hhhaaaaaaaaaaaaaa, ssssssssssssssmmm mmmmmmmmmmmm, si sigue-, me estaban volviendo loco y solo podía decir, -siii, sigue, muévete, oooooooooooohhhhh, cabalga, ohhhhhhhhh-.

Sus movimientos comenzaron hacerse mas rápidos eso me estaba llevando a sentir la sensación de correrme, pero la voz de mando nos dijo que ya era suficiente que se estaban aburriendo.

Mí hermana se levanto, y yo me incorpore, íbamos a continuar el juego pero llegaron los padres de mi amigo, por lo que nos tuvimos que marchar.

Rocío y yo tomamos un taxi y nos fuimos a la casa, en el trayecto guardamos silencio, no comentamos nada de lo sucedido, hasta que ella me pregunto que porque no había querido besarla, a lo que le dije que me daba pena y vergüenza, ella se rió y me dijo que más pena debió de haberme dado lo que hicimos a lo que baje la cabeza de vergüenza y ella me la levanto mientras me decía que ya para que si ya había pasado.

Me pregunto que había sentido con el castigo y le confesé que me excite mucho y ella me respondió que también, en eso comenzamos a reírnos y nuestros rostros se acercaron lo suficiente para sugerir un beso, el cual nos dimos, primero suave, tierno y después un poco subido de tono, hasta que decidimos detenernos por estábamos a punto de llegar al hogar.

Cuando entramos a la casa lo hicimos con toda normalidad de dos buenos hermanos, nuestros padres estaban en la sala veían la TV, nosotros nos despedimos de ellos y les dijimos que estábamos algo cansados que queríamos dormir.

Por suerte, la habitación de nuestros padres están en la parte baja de la casa y la nuestra en la de arriba, simule que entre a mi recamara y la cual cerré con llave y me metí a la de mi hermana.

Pero eso se los cuento luego.

Este es el relato de una amiga.

Querido Diario con lagrimas en mis ojos escribo estas líneas, para contarte el grave problema en el que estoy metida.
Tu sabes que desde siempre he estado enamorada de mi hermano, y que el fruto que hoy llevo en mí vientre es de él, a pesar de no saber lo que sucedió el día de su cumpleaños.
Tus hojas guardan con recelo lo que escribí esa noche de octubre cuando aproveché la borrachera de Guillermo.
Recuerdas que te narre que esa día después de haberse ido a festejar su aniversario con sus amigos, llego a la casa sin poder sostenerse en pie por la borrachera que se cargaba, yo le ayude a entrar a la casa puesto que nuestros padres no se encontraban la ciudad, y lo lleve como pude hasta su habitación.
Ya en la soledad de su recamara y la inconciencia por el alcohol decidí hacer lo que por años había querido realizar.
Con temor lo bese en sus labios, mismos que no se negaron a corresponder pese a la borrachera, sin embargo ya entrada en calor puesto que a mis 14 años no conocía a un lo que era sentirse mujer y dejando atrás cualquier temor decidí pasar de niña a mujer con mi hermano Guillermo de 21 años.
Lentamente comencé a despojarlo de sus ropas, mientras lo besaba en cada parte de su cuerpo que quedaba libre de cualquier prenda de vestir.
Su piel se sentía suave y expedía un aroma embriagador a mis sentidos que desde hace tiempo deseaban probar.
Al terminar de quitarle sus ropas admire su desnudez, mi vista se fijo principalmente en si pene, una verga que para mí, una chica de 14 años lucia enorme y descomunal pero a la vez encantadora.
Mi mano temblaba al tratar de tomar ese palo de carne viviente que respondía mis torpes caricias, mientras Guillermo mi hermano mayor no se daba cuenta de lo que sucedía.
Suavemente deslice mi mano hacia arriba y hacia abajo y comencé así una paja que me hacia arder por dentro y sentir en mi mano el palpitar de ese falo, que estaba ya en su totalidad erguido como mástil de un gran barco.
Estaba hipnotizada no soltaba ese trozo de carne y cada vez lo masturbaba más y más rápido, mientras en mi interior sentía un ardor que recorría todo mi cuerpo y más en lo mas profundo de mi vagina, que ya comenzaba a emanar sus jugos.
Sin pensarlo dos veces me desnude, y me coloque encima del cuerpo de Guillermo y de una sola estocada me ensarte en su preciosa verga la cual se llevo mi niñez y me convirtió en mujer, en la mujer de mi hermano.
Lo cabalgué por largo rato, la sensación de sentir su carne dentro de mi era maravilloso, sentir como su pene entraba y salía de mis entrañas era sin lugar a dudas una de las mejores experiencias que había vivido hasta ese momento.
En la habitación solo se escuchaba el ruido de choque de dos caderas durante la cúpula y los gemidos de una mujercita de 14 años que cabalgaba a su hermano de 21.
Sus labios eran un manjar de dioses, por ello los devoraba con pasión, mientras mi vagina aprisionaba su falo que estaba a instantes de explotar y llenarme de ese tibio jugo de vida.
Mi excitación había llegado a su punto máximo y cada vez aceleraba más y más, y mas el movimiento de mis caderas que descendían y subían sobre el cuerpo de mi hermano.
Cundo por fin me vino el orgasmo sentí como mi hermano Guillermo me inundaba la vagina y su néctar llegaba hasta lo mas profundo del útero.
Rendida por la deliciosa cabalgada caí sobre el cuerpo de mi hermano y mi cabeza la coloque sobre su torso desnudo.
Después de un rato de descanso me baje de mi hombre, tome mis ropas y me fui a mi habitación a dormir y a sentir me la mujer más feliz del mundo por haberme convertido ya, por medio de la verga de mi hermano, en una mujer.
De eso ha pasado más de dos meses, Guillermo no se entero de lo ocurrido, y mi periodo menstrual se ha retrazado, me he hecho una prueba de embarazo y da positivo.
Guillermo entro a mi habitación sin saber que era lo que portaba en mis manos vio la prueba y su rostro cambio y enojado me cuestiono que porque me había embarazado y quien había sido el hijo de puta que se robo mi inocencia.
Apabullada por sus preguntas y con lagrimas en mis ojos le grite que él era, que si acaso no recordaba la noche de su cumple años, lentamente me soltó y corrí a mi habitación y escribí estas líneas para despejar mi mente.

Hola, soy Liliana, voy a contarles algo de lo que me sucedió en las delicias del sexo, en compañia de mi hermano Carlos.
Había tardado en escribir algo sobre mí, porque, la verdad me daba pena, pero bueno por fin logre quitármela y aquí les cuento lo que me sucedió.
En mi casa somos cinco hermanos, Carlos es el mayor, después le sigo yo, después mi hermana Paola y mi hermano Juan, ellos son mellizos y tienen 16 años.
Carlos me gana por un año y unos cuantos meses, la verdad es que yo fui un mal cálculo de mis padres, pero en fin ya estoy aquí ni modo que me fueran a devolver.
Desde chica fui muy inquieta en el plano sexual, todo se lo debo a las grandiosas telenovelas y películas que veía en televisión, gracias a ellas cuando era niña tuve encuentros románticos y placenteros con uno de mis primos, pero eso lo contare en otra ocasión.
En este relato, narrare la forma en que hice el amor por primera vez con mi hermano Carlos.
El y yo nos llevábamos bien dentro de lo que cabe en el rol de hermanos, teníamos peleas discusiones, pero aun así compartíamos buenos momentos, especialmente en los reventones.
Cuando esto paso yo tenia 18 y mi hermano 19, ese día estábamos solos en casa, mis padres y mis los mellizos habían salido a casa de los abuelos.
Yo me había quedado a practicar Karate, ya que me interesaba aprender artes marciales, para saber defenderme, el por su parte había ido a jugar fútbol.
Ese día yo tenía una fiesta con mis amigas quienes me presentarían con un chico que me gustaba mucho, así que después de mis prácticas prepare todo para bañarme, ya era muy tarde y mis amigas estaban casi por llegar.
Ya iba para el baño cuando recuerdo que se me había olvidado la ropa interior, acostumbro cambiarme en el baño, cuando regrese, Carlos entro al baño, ya se había quitado su playera y sus zapatos, yo a duras penas pude agarrar la puerta y la abrí, le exigí que saliera que ya era tarde.
El me dijo que me chingara, que a el también se le había hecho tarde para ir con sus cuates.
En ese momento yo solamente estaba envuelta en una toalla con mis prendas íntimas en mi mano.
Me empujo hacia la puerta para que me saliera del baño, pero me puse dura y no pudo moverme, me dijo que el se iba abañar primero, que no tenia tiempo que perder.
Después de tanto discutir, corrió la cortina y se metió a la regadera se quito lo ultimo que le quedaba de ropa y me los aventó en la cara.
Ese me enojo mucho, por lo que pensé que si hacia lo mismo y me metía abañar el se saldría.
Sin pensarlo, me corrí la cortina y entre desnuda a la regadera donde mi hermano Carlos se encontraba enjabonándose.
Se me quedo mirando con la boca abierta, no podía creer que su hermana estaba ahí frente de él desnuda bañándose.
Retadoramente le dije, "salte que me voy a bañar y si no lo haces le diré a papa y a mama que te metiste a la fuerza".
"Chinga tu madre pendeja - fue su respuesta- a poco crees porque te metiste en pelotas me voy a salir, ya se me hizo tarde así que siguieres salte tu".
Mi plan fallo, así que no me quedo más remedio que bañarme junto con el yo le daba la espalda, el cuarto de baño era reducido, estábamos a escasos centímetros uno del otro.
Mientras me lavaba el cabello note que su pene se estaba poniendo duro, y mis pezones también, el sentir tan cerca de Carlos me había calentado.
Me había invadido unas ganas locas de coger, y no me importaba que fuese mi hermano quien me diera desahogo a mis placeres.
Creo que el sentía lo mismo su pene erecto me decía todo, por medio de el sabia que deseaba que se lo chupara que permitiera acogerlo en el interior de mi húmeda vagina.
Una vez que termine de asearme el cabello vi como se enjabonaba la entre pierna y su riquísima verga.
En eso el levanto la vista, y me cacho viendo lo que le hacia a su instrumento antes de que articulara palabra alguna, le dije, "oye que te pasa pendejo, no porque me este bañando aquí te la vas a jalar a mis costillas".
"A tus costillas no, será a tu culo y a tus tetas, pero no te emociones no me la estoy jalando por ti, solo estoy aseando bien al chico cabezo", respondió el muy infeliz.
Indignada me gire mientras le di la espalda, termine de enjuagarme y me dispuse a secarme, el también termino de bañarse y se salio del baño y se dirigió a su cuarto.
Yo mientras me secaba, sentía como mi cuerpo ardía, ese baño me había trastornado, quería tener sexo con mi hermano a como diera lugar.
Termine de ponerme mi ropa interior y me fui a mi habitación a cambiarme, cuando termine él ya se había ido.
Mis amigas por fin llegaron y nos fuimos a la fiesta, mis pensamientos aun estaban con las imágenes de mi hermano y yo en la ducha.
El chico que me presentarían se me hizo menos atractivo, en mi mente no había nadie más que Carlos, mi hermano.
Termino la fiesta y regrese a mi casa, mis padres ya estaban ahí, pero Carlos aun no llegaba.
Me fui a dormir, durante la noche tuve un sueño muy rico, soñé que de nueva cuenta estábamos, mi hermano y yo en el baño desnudos y que nuestros cuerpos chocaron accidentalmente.
Mis nalgas se habían acomodado en su verga bien parada, eso me estaba haciendo humedecer, también soñé que el me acariciaba, que tomaba mis pechos y los apretaba.
Yo restregaba mi trasero en su pene erecto, sentía como quería abrirse paso en mi vagina húmeda.
Esa noche y las que le siguieron durante una semana me hacían delirar de placer.
No habíamos hablado sobre lo que sucedió ese día, hasta que de nueva cuenta, estando solos y con citas para salir teníamos la urgencia de bañarnos.
Pero a diferencia de la ocasión anterior, no peleamos entramos juntos al baño y decidimos bañarnos otra vez juntos.
En mi mente se vinieron de inmediato las imágenes de mis sueños y me calenté de inmediato, mis pezones estaban desafiantes.
El no se quedaba atrás, Carlos tenia la verga bien parada, parecía que iba a estallar por lo hinchada que se veía.
Estaba enjabonándome cuando repentinamente el comenzó a tallarme la espalda, sentir su mano en mi piel y saber que estaba más cerca de mi completamente desnudo, hizo que por mi cuerpo corriera una serie de corrientes eléctricas y sintiera en mi estomago un vacio.
Lo deje hacer, la verdad deseaba mucho sentir sus manos acariciando mi cuerpo, no se en que momento el estropajo ya no estaba, y eran sus manos las que directamente me enjabonaban la espalda.
Lentamente sus manos fueron pasando a frente tomando mis pechos y bajando por mi vientre hasta llegas a mi monte de Venus.
Sus dedos hurgaron en mi coño, eso provoco que soltara un "sssssssssssssss ssssssssshhhhhhhhhh mmmmmmm mmmmmmmmm, aaaaaaaaaaaaaaaaah yyyyyyyyyyyyy", un pellizco en uno de mis pezones y una mordida en mi cuello me hicieron reaccionar.
Me parte de él y lo bese me prendí de su cabeza quería que me besara apasionadamente, el me tomo por la cintura y rodeándome con sus brazos me alo hacia él, sintiendo en mi vagina su pene erecto al cien por ciento.
El beso duro un buen rato, lentamente comencé a bajar por su pecho y su vientre hasta llegar a su verga, la cual tome con mis manos y la jale por un rato, a la vez acariciaba su testículos, estaban calientes deseosos de ser besados.
Los bese, poco a poco comencé a lamber y besar su palo, hasta que llegué a su glande y lentamente la introduje en mi boca.
La chupe, la succiones, la quería toda en mi garganta, era sensacional sentir ese pene en mi boca como chocaba con mi paladar y en mi garganta.
Mientras hacia esto una de mis manos bajo a mi coño y lo estimulaba, metía uno de mis dedos mientras me dedicaba a darle una estupenda mamada a mi hermano.
Vi que su rostro se desfiguraba sabia que estaba pronto a venirse así que me la saque de la boca y me incorpore lo volví a besar mientras el me colocaba su pene en la entrada de mi vagina.
Empujo sus caderas y su verga entro en mi vulva, provocándome de nueva cuenta una gran oleada de placer y de toques eléctricos por todo mi cuerpo.
Sus bombeos eran suaves y deliciosos, su boca me besaba apasionadamente, nuestras lenguas jugaban entre ellas dentro de nuestras cavidades bucales.
Estaba extasiada, quería sentir que me taladrara mas rápido, que me embistiera con fuerza, así que me gire y le di la espalda pero ahora me incline un poco, rápidamente entendió el mensaje y me introdujo su fierro de carne ardiente en mi coño como si quisiera despedazarlo.
Sus embestidas eran ahora más salvajes, más duras, mas ricas, era maravilloso sentir sus caderas chocando en mis nalgas, las cuales golpea con sus manos.
En momentos me tomaba de las caderas y me alaba hacia el con mas fuerza mientras empujaba todo su cuerpo contra mi.
De mi coño comencé a sentir un cosquilleo que me subía por todo mi cuerpo, me erizaba la piel y endurecía más mis pezones, era la primera vez que esta sensaciones las sentía más placenteras.
Estaba apunto de venirme, y el también lo sabia por sus arremetidas, eran ahora más salvajes.
Su leche me inundo la vagina y esta hizo que mi orgasmo fuera completo, mis piernas flaquearon, si no me hubiese tomado de la cintura me hubiera caído.
Me beso la espalda me dio un cachete en el culo, y me dijo, "hermanita, coges bien rico, tienes una boquita mamadora única, y tu panochita es sensacional, aprieta muy rico".
A toda respuesta lo bese, y le dije mirando a los ojos, "tu verga esta riquísima, y taladra muy bien, me has vuelto loca".
Nos volvimos a besar y retomamos nuestra tarea de asearnos. Una vez que terminamos, nos vestimos y en lugar de salir con nuestros amigos nos fuimos a un bar a festejar nuestra primera vez, la primera vez que hicimos el amor entre nosotros, por que ambos ya habíamos tenido experiencia.

¿Has tenido alguna experiencia sexual con algun familiar?